lunes, 19 de marzo de 2012

In love.

Siempre he oído que una mirada valía más que mil palabras, que cuando te enamoras, es como si los dos corazones se fusionaran en uno. Que cuando piensas en la otra persona, se te queda cara de gilipollas con esa sonrisilla tan inevitable y que como si por arte de magia se tratase, entras en un estado de felicidad que jamás podrías haber imaginado. Que lo más probable que pasara es que cuando vuestras miradas se cruzasen te convirtieras en flan y que a partir de ahí las noches no siguieran siendo iguales, ya que él, desde el momento que vuestras miradas se encontraron, se apoderaría de tu mente. Que cuando te enamoraras, cualquier canción te recordaría a esa persona y no cambiarías por nada en este mundo los momentos vividos junto a ella. Cualquier tiempo no sería suficiente, siempre pedirías más. Encontrarías una felicidad que jamás habías logrado tener. Él se convertiría en una de las personas más importantes en tu vida y por la cual darías todo lo que estuviera a tu alcance. Sabrías que si te abandonara ya nada sería igual, ese corazón que se convirtió en uno desaparecería por completo y la felicidad se esfumaría en escasos segundos.
Cuando encuentres a esa persona que te acepte tal y como eres, que solo tenga ojos para ti y te demuestre día a día que quiere estar contigo, no la dejes escapar, no sabes la gran suerte que tienes al haberla encontrado.


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